Por iniciativa de la Legislatura de Tucumán, el 3 de octubre de 1909 se realizó un gran homenaje a Marco Avellaneda, el "mártir de Metán". Un hijo del prócer, llamado también Marco y en ese momento ministro del Interior, envió con ese motivo, el 3 de junio, una carta al presidente del Senado tucumano, don Pedro Alurralde.
El acto central era la colocación de un retrato de cuerpo entero del prócer -que se estaba confeccionando- en el recinto. El doctor Avellaneda lo agradecía profundamente y suministraba interesantes datos iconográficos. "Mi familia no ha tenido de mi padre sino un retrato en miniatura que fue sacado el día que recibió su título de doctor", empezaba diciendo.
"Debe ser de una gran semejanza, porque el año de 1880 lo reconoció en el momento de verlo el doctor Alberdi, quien me avisó la época en que había sido hecho. De esa miniatura se tomaron dos retratos al óleo, uno que tienen los hijos de mi hermano Nicolás, y otro yo".
Añadía que "después hicimos las fotografías que usted ha visto en las obras de Alberdi, de las que le acompaño un ejemplar para que pueda mandar hacer el retrato al óleo". Como es conocido, el pintor y fotógrafo boliviano Aniceto Valdez (1846-1911), residente en Tucumán, fue quien ejecutó ese óleo. El mismo presidió las sesiones legislativas durante más de un siglo, pero inexplicablemente no se colgó en la nueva sede.
La carta terminaba. "Créame que agradezco conmovido su noble iniciativa en honor de mi desgraciado padre, que murió a la temprana edad de 27 años, bárbaramente martirizado y sin haber llegado a hacer todo lo que ambicionaba a favor de su patria que tanto amó".